Ciruelas ya pasadas abandonadas en el suelo de cualquier cocina.Alguien las dejó cuando estaban en su punto, para luego volver...y empezar a comérselas.
Al regreso estaban feas y pochas, que al calor del atardecer, así se convirtieron.
Arrepentida de no conservarlas en un lugar fresco y en penumbra.
Gran decepción no poder ya saborearlas.Ya no hay regresos al ayer en las horas cuando aún estaban con su color luminoso,terso y húmedo...
Todos estamos en un tránsito ..la vida es tan corta, que no da para más.